Seis poemas seleccionados por su autora para Revista Isla Negra, quien gentilmente nos los ha enviado para su publicación
Faltan Los Barcos
Es necesario invadir sus secretos
las horas de agua que se trepan
fértiles de anclas y arena hasta el nido de la noche
las bocas de esos hombres que ofrecen la pleamar
y se abrazan a los puertos
Sin rastros
se pierden los nombres de las mujeres del bar
como las estelas tras la rompiente irremediable
y sus bocas de rouge
arrancadas con el revés de las manos
o la memoria
Porque ellas saben guardar entre billetes su saliva
bautizan con champagne la pieza que debe de mañana
mantener las ventanas abiertas
mientras se dejan inspeccionar por el sol
y cuadrillas de viento descarnan de los techos
el jadeo de los clientes
No hay en ellas rencor ni caricias
Tras haber deshabitado la noche
beben café despacio
cepillan sus dientes y los cabellos enmarañados
porque la pena no es pena mientras entre sus muslos
esté caliente aun el recuerdo de la paga
Tal vez alguna novata llore
Aprenderá
-dice la mujer con arrugas en las sienes-
el segundo o el cuarto ya no importan
y la besará en la boca
como una madre
Al costado de la cortina
la rubia joven se depila una pierna
se arranca uno a uno los marineros de esa tarde
y es tan bello verla apareada al sol
con sus ojos de sueño de mediodía
aunque cargue olor a vino
un mal recuerdo que dormirá hasta que el sol
caiga exhausto detrás del horizonte
Entonces arqueará las cejas y recortará sus labios
será otra vez yegua ensillada
un portaligas rojo o un corsette para su alma
quizá dulzura de mentira y de duraznos
como de duraznos los ojos
y el latir de su cuello ebrio de sábanas
En ella me encuentro
hoy a solas
para beber su soledad
Está calzando anillos en los dedos de los pies
Yo me visto de luto
Acaso por el miedo
(de “Ébano”)
*
Repensado
Ahí está Eva
hueca del aliento
de la deidad
Ante su muerta nonata
el hombre acaricia
harto
sus ojos
zarcillos de la desnudez
Viendo tender a su Hijo los brazos
en cruz llora el Fiel
su omnisapiencia
Lo cercano ha pasado en el futuro
Sin pudor de tempestades
la parra hincha sus pulmones
y Eva se levanta
Un río de manzanas
desterradas para siempre
bautiza de semen
la sangre de sus muslos
(de “La Pancarta”)
*
Soy gemelo a mí mismo en otra muerte
Puedo ser un salto al infinito vacío de tus ojos
o un pájaro lleno de silencios
Estoy desfigurado de mi ser
Hoy el cuervo acelera los retornos
y sólo la noche
hembra madre del destierro
puede devolverme al seno del cansancio
Yo que fui espejo en los ojos de aquellas madres
que recibían a sus muertos
vi bajar de los trenes
en guirnaldas
aquellos cuerpos enhebrados
Ya no asustaba a las vecinas
que en los ataúdes sembraran crisantemos
Era setiembre en casa de mi padre
cuando las mujeres cargaron sus semillas
Recuerda
He enterrado
esa desesperación incesante de volver sin mí
Mírame
Yo sabía del aroma a azahar en los naranjos
y he visto el rostro de Dios llorando sangre
Dame Señor un poco de tus náuseas
un poco de tu llanto
o tu vergüenza
Estoy en cópula con las llaves del infierno
hay una bestia en mí
insaciable de coágulos y exilios
Pero el tiempo cauteriza el hedor de la carne
No sé si pueda recordar
Ante un sol verdugo
afiebrado de sentencias
la guerra zurce prolija nuestras llagas
(Fragmento adaptado de “Invierta un Hijo”)
*
La Viuda Negra
Mis amantes saben que para escribir
me hace falta su ausencia
Por eso se conjuran en aquelarre
solícitos me dejan sola
por piedad
y desde el rincón de las sombras
como un voyeur
me espían
Murmuran:
Marcela está creando
se muere
pero les gusta cómo escribo
y consienten
que acabe con la pena entre los muslos
sobre la cama revuelta
Ellos necesitan que escupa metáforas con olor a vino
desean mi lengua amoratada
Tal vez sea tiempo de invitar a la poesía a casa
reconocer mi necedad de araña
obstinada en bordar sólo suicidios sobre la tela
y clavarle los colmillos al recuerdo
después de la cópula
(de la Antología MAR DEL PLATA EN BOCA DE TODOS, Ed. Martín, 2011)
*
La noche de la caridad
Estoy fumando un cigarrillo
en el umbral de una casa que no es mía
mientras miro al helicóptero
que patrulla las calles a mil dólares la hora
Me pregunto si habrá visto
sin muletas
vagar a la ciudad bajo la mugre
o mis ganas de abrazar a un hombre
que no es éste
que acaba de morir de frío a mi costado
La calma aúlla
No bastan manos en rosario
para acunar locas y perros
Me descalzo el pucho y la cojera
Esta noche seré infiel
En mí
la jauría de todos los hombres
babeará revolución
(de la Antología SOBRE RIELES, Ed. Martín, 2009)
*
Desaparecido
Todavía sangra entre las baldosas
la mano del último gesto
esa historia cotidiana
de espanto y levadura
un olor quizás ajeno
a la nariz de la tarde
Mientras hombres en fardo
abotonan insignias en fiesta de tenazas
el sol recuesta su cansancio
cara al pueblo
(hay algo absurdo
en los nudillos apretados de los débiles)
Hermano intacto:
tu nombre aún late
bajo el cobijo de la ausencia
(de “Los Andamiajes del Miedo”)
*****
Ciudades de Mar del Plata y Buenos Aires, distantes entre sí unos 400 kilómetros, Marcela Predieri y R. R., febrero 2014.
Antología en La Revista
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