QUINO: Gran dibujante argentino, padre de Mafalda y de tantas otras caricaturas que durante varias décadas han encantado el mundo con un humor crítico, inteligente y siempre actual.
Quino, o Joaquín Salvador Lavado, nació el 17 de julio de 1932 en la ciudad de Mendoza (Argentina). Recibió el sobrenombre desde chico, para diferenciarlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y dibujante publicitário con quien a los 3 años descubrió su vocación. En la década de 40, pierde su madre y su padre. Termina la escuela primária y decide inscribirse en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza, la cual abandonaría años después para dedicarse a dibujar historietas y humor.
En 1954, instalase precariamente en Buenos Aires y deambula por las redacciones de todos los diarios y revistas en busca de empleo. La revista Esto Es publica su primera página de humor gráfico. Desde entonces y hasta el día de hoy continuan siendo publicados ininterrupitamente sus dibujos humorísticos en una infinidad de diarios y revistas de América Latina y Europa. En 1960 se casa con Alicia Colombo. No tuvo hijos. La luna de miel en Río de Janeiro fué la primera salida de la Argentina.
En 1963 lanza su primer libro de humor, Mundo Quino, una recopilación de dibujos de humor gráfico mudos. En 1964 aparece Mafalda por primera vez y a partir de entonces fueron lanzados vários libros en la Argentina y en el extranjero. Viajó a vários países divulgando su trabajo y recibió diversos premios de nivel internacional, entre ellos el de dibujante del año, en 1982. Actualmente publica dibujos inéditos en la revista semanal del diario Clarín.
MAFALDA
Es la obra maestra de Quino. A través del personaje de una chiquilina aparientemente inocente y de sus amigos, el dibujante reflexiona sobre la política, la economía y la sociedad en general, siempre con un toque de humor. Mafalda fué traducida a 10 idiomas, exportada a vários países, fué chica propaganda de campañas de UNICEF, motivo de postales y de estampillas argentinas.
A pesar de que los primeros libros fueron lanzados en la década del 60, es posible encontrarlos hoy en los kioskos de Buenos Aires, lo que prueba que el placer de leer Mafalda es siempre actual.
Antología en La Revista
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