Anahí Lazzaroni nació el 30 de agosto de 1957 en la La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, la Argentina, y reside desde el 24 de diciembre de 1966 en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego. // Por
Rolando Revagliatti
Leyendo diarios
Un cocodrilo del siglo diecinueve
bosteza.
¿El río?
Cualquier río fangoso
de África lejana.
Animal de sanas y sabias costumbres
si vinieras
y devoraras este caos perfecto
no harías otra cosa
que embellecer
el mundo.
(de “Bonus Track”)
*
Suma
Guerrera a ras de la estepa.
Chiflada pérfida.
Infatigable / indómita.
Oscura como barro.
Declive y transparencia.
Lluvia y solazo.
Silencio / relámpago.
Lucha y sosiego.
Magia / derrota.
Pluma o espada.
Árbol, hoja, mantel.
Rito / música de tango.
Lágrima y vaivén.
Palabra + palabra.
Palabra sátrapa.
(de “Bonus Track”)
*
Café literario
Siempre al borde de la trampa y sin escuchar los presagios
que nos trae el mar
amparas a cualquier loco que mal escribe su canción.
Lo amparas con el arte de ciertos villanos de comedia.
Lo amparas y lo dejas a su divina suerte.
Lo amparas y le permites leer sus palabras
ante un público de gentes fracasadas.
Pero en la penumbra esas palabras son tan ciegas
como todo lo que no florece a su debido tiempo.
Y ya se sabe,
porque lo dice el fuego y también lo dice el aire,
no habrá comunión posible
para quien no busque el poema,
con la misma desesperación
de un animal que escapa.
(de “Bonus Track”)
*
En la casa del Tigre
Cuentan grandes penas, amoríos trágicos
e historias de madres posesivas hilando la tarde.
Despliegan el dolor como si fuera un mantel
y beben alegres las copas del olvido.
Una embarcación en ruinas
navega el río de la noche,
dicen que en ella viajan
el rey mendigo y su guardia de sonámbulos.
A mediados del siglo
en una ciudad mal llamada Buenos Aires,
repiten, un niño levantaba apuestas de caballos
a espaldas de sus inmaculados padres
y más lejos otro niño loco
se inventaba solitario la llanura.
Murmuran trozos de vida
ya cubiertos por el polvo
o casi.
(de “Bonus Track”)
*
En todos lados se cuecen habas
Algunos poetas me escriben cartas
donde me cuentan que deliran por el lejano sur.
No son pocos los que me imaginan en una casa
construida con maderas claveteadas,
escribiendo sin cesar mientras la nieve cae y cae.
Hasta piensan que suelo estar sentada junto al fuego,
como si fuese un personaje de ciertas novelas decimonónicas,
y me piden que les describa el silencio porque ellos ya no lo recuerdan.
Este mediodía varias calles de la ciudad están cortadas.
Escucho bombos,
voces,
sirenas de patrulleros,
personas que gritan cada vez más alto en medio de la aglomeración.
Por ahí no se puede pasar.
(Primavera de 1999, de “A la luz del desierto”)
*
Argentina (20 de diciembre de 2001)
Palabra extraviada
en las dunas claras del poema.
Palabra embestida por los malos vientos.
Palabra en dificultades.
Palabra quebrada
en horas de saqueos.
(de “A la luz del desierto”)
*
Canción sin partitura
Nada está escrito en ningún lado,
ni las canciones viejas
que nos llegan a la memoria
para salvarnos del invierno,
y se hunden bajo el grito constante
de los pájaros nocturnos.
Nada está escrito,
ni esos terrores marcados a fuego
que aparecen en los sueños,
ni las alegrías
o el olvido mismo.
Nada está escrito en ningún lado.
Y los locos,
los pobres locos
ya no dibujan árboles
en las paredes vacías.
(de “A la luz del desierto”)
*
Entrevista realizada a través del correo electrónico: en las ciudades de Ushuaia y Buenos Aires, distantes entre sí unos 3.000 kilómetros, Anahí Lazzaroni y Rolando Revagliatti, 2016.
www.revagliatti.com.ar
Para contactarnos:
escobarlarevistadigital@gmail.com
Antología en La Revista
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