Valeria Iglesias nació el 2 de abril de 1970 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, la Argentina. Es Licenciada en Lengua Inglesa por la Universidad del Salvador. //
Autor: Rolando Revagliatti
Árbol genealógico
La pera podrida
que nunca se cae
es mi origen.
Fui su semilla,
no su simiente.
Las uvas maduras
son granos que adolecen.
Más cerca, acá abajo,
los cítricos:
la ácida y rugosa piel
del limonero
del patio
de mi casa.
(de “Papel reciclado”)
*
doble de riesgo
hay
el pensamiento que sobrevuela
registrando el todo visible
las partes del cuerpo incluso
su propia espalda
y hay
los efectos especiales
dinamita acmé reventándole adentro
derramándola
va a perder la cabeza
va a dejarla en el camarín o en el tráiler
para que le maquillen el gesto de espanto
o para que la use el acróbata
que en esas tomas hace de ella
gira por el aire
sin mirar a cámara y fuera de foco
(Inédito en fanzine-plaqueta “Estrella de cine catástrofe”, Ediciones Bailanta, 2013)
*
morera
miedo esquina de cañas
una selva no es valor
es volar
suspende el diafragma
serpiente rodea tronco
llegar a donde no llora
lugar donde recuerda
no llora
trepa las rodillas
arden bajo los vaqueros
árbol de moras
la altura certifica
el suelo lejos no hay dudas
con gusto a vuelo la fruta
por entre las hojas sol
magia es creer de dios
más cerca se reza
los rayos atraviesan pelusas
partículas de polvo
como una redención
es ella niña santa
inmaculada mora
explota el paladar dulce
en los pies colgando miel
niña alada
y está sola
sin testigos se abandona
lo hace sola
se deja a sí misma
una tarde sin rescate
(de “Restos de jukebox”, Tocadesata, 2009)
*
Los mails que no te envío
5.
primero lo besé
antes su voz oblicua
el comentario inseguro de cuerpos rotos
lo besé furiosa increíble
pero no estuve ahí
no estuve
y cuando me permití estar
quedé blanda de amor y perdida.
6.
pero no se pierde
el que está:
parece un cuerpo enlazado
sin clasificar
el peligro se bebe lento
y se escupe
ante la duda
cuando ya es tarde.
(de “Correo sentimental”, Ediciones Pánico el Pánico, 2012)
*
Timidez
Sos muy íntima
me dicen
cuando están a punto de reventar todos
—y yo también—.
Paredes hacia adentro
el templo de la vergüenza
donde rindo culto
al temor
a entrar en contacto
con lo ajeno.
Cuando muera
ni siquiera el olor
alertará a los vecinos
temeroso de importunarles la cena.
Ojalá pudiera desaparecer
sin dejar rastros.
(Inédito publicado en Revista “Pistilo” Nº 3, marzo de 2005)
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