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EL DISCO DE LA ABUELA de Juan Carlos Villalba

1)  ¿Qué dice la canción Abu..? - preguntaba yo  No se…mi amor…no se - contestaba emocionada.  ¿Y entonces porque lloras?  Tampoco lo se – decía – y se quedaba mirando a lo lejos, mientras me acariciaba entre melancólica y feliz.  Esta escena se repetía casi todos los domingos en casa de la abuela cada vez que ponía a sonar su disco preferido. Aquella música y esa voz maravillosa que cantaba en un idioma por entonces extraño para mí, me sugería  imágenes surrealistas, una especie de   pájaro inexplicable que cambiaba de formas y colores, según el momento y el tono de la melodía. Pero…              Porque lloraba la abuela..? Porque muchas veces terminamos abrazados y lagrimeando..? Que poder tenia aquella música para conmovernos de esa manera..? Durante muchos años me lo pregunte. 3)   Con el tiempo, convertido en adulto y amante de la música clásica, supe que aquel idioma era el francés, que aquella mujer de voz insuperable era María Callas, que el aria que

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Gabriel Celaya: Poemas


Venus

En la alcoba sombría, 

entre fríos basaltos, 
el vientre monumental y luminoso 
de una estatua de mármol.


La lluvia adormecía los secretos 

y pulsaba tensas cuerdas 
en el arpa del silencio, 
mientras un ángel, envuelto 
en un nimbo deslumbrante de misterio, 
acariciaba con un gesto indiferente 
los senos de las diosas.


A los pies de una Venus 

caían estranguladas las palomas.


El amor desnudo y frío 

dormía sobre los filos enlunados 
de diez brillantes cuchillos.



Un día entre nosotros

Yo me siento. Tú te sientes. Nos sentimos,estamos juntos. Somos
terriblemente dichosos,como el cielo siempre azul, como el espanto,
como la luz que es la luz,como el espacio.

Si ahora me preguntaran por qué estoy tan contento,
diría: «Porque soy.»
Y al decirme sería un poco menos.
Si tratara de explicarme surgirían como sierpes
desenvueltas y en combate mis ambiguos sentimientos.
Pero soy solo. Sí. Soy. Te creo.

Estas aquí, en mí mismo.Ni te veo, ni te pienso, ni te beso, ni te sueño.
Sólo estás. Estoy contigo. Yo, a tu lado, Tú conmigo.Estamos uno en otro, tan reales
que con ser poco, ese poco es ya bastante.Estamos en lo que somos, de puro simples, totales.

Estamos donde siempre, callados. No hay motivorazonable para ser tan ferozmente dichosos.
Pero sacan el porrón de vino, las chuletas, la ensalada, el Cacciotta ricamente podrido,
el jugo de naranja, los cafés, la ginebra.Estamos juntos y todo nos sabe por eso a fiesta.

Soy feliz, ¡tan feliz!Si ahora me levantara saldría por el techo.
Estoy, como se dice vulgarmente, contento.Vivo, vivo, y contigo
comprendo que vivir es algo muy sencillo.El corazón ha abierto su mano y yo deliro.

Me dejo estar. Te quiero. Todo es bello.Irradio una certeza fulminante.
Soy el alguien tremendo que en ti se basta a sí mismo.Soy mi absoluta presencia (¿qué pasa?)
que está aquí (¡perdón, nada!).Soy contigo y tú conmigo, el imán de los prodigios.

¿Quién creería si nos viera que cada día, obtusa,la desgracia del mundo de fuera nos arrastra?
¡Amor besa mi muerte! ¡Dolor, sé voluptuoso!¡Oh tú, Necesidad, pon la burla en mis ojos
y en pecho ese ritmo de la paz y la guerraque son a una el latido fatal de la belleza!

¡Ahora, mi ahora mismo,sé límpido y valiente, la alegría ganada
a los monstruos informes, y a lo triste sin alma!¡Oh tú, mi yo más bello, mi más que yo, mi amada,
manténme con tus ojos suspenso, nunca grave,y sea siempre magia la vida cotidiana!




Ninfa

Se detiene en el borde del abismo y escucha,viniendo desde el fondo, rampante, dulce, densa,
una serpiente alada, una música vaga.
Escapa por la suave pereza de su carneque en el fondo era fango,
era ya tibia, y lenta, y latente, y sin forma;era como el dios de gran barba dormido
junto al río en la siesta,junto a ella en la noche
carnal y sofocada de junio con olores.
Y escucha temblorosa,apaga una tras otra penúltimas preguntas,
y duerme, se hunde, duermeen brazos de un gran dios de pelo duro y rojo,
divino Pan: un dioshecho bestia que huele.





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