Venus
En la alcoba sombría,
entre fríos basaltos,
el vientre monumental y luminoso
de una estatua de mármol.
La lluvia adormecía los secretos
y pulsaba tensas cuerdas
en el arpa del silencio,
mientras un ángel, envuelto
en un nimbo deslumbrante de misterio,
acariciaba con un gesto indiferente
los senos de las diosas.
A los pies de una Venus
caían estranguladas las palomas.
El amor desnudo y frío
dormía sobre los filos enlunados
de diez brillantes cuchillos.
Un día entre nosotros
Yo me siento. Tú te sientes. Nos sentimos,estamos juntos. Somos
terriblemente dichosos,como el cielo siempre azul, como el espanto,
como la luz que es la luz,como el espacio.
Si ahora me preguntaran por qué estoy tan contento,
diría: «Porque soy.»
Y al decirme sería un poco menos.
Si tratara de explicarme surgirían como sierpes
desenvueltas y en combate mis ambiguos sentimientos.
Pero soy solo. Sí. Soy. Te creo.
Estas aquí, en mí mismo.Ni te veo, ni te pienso, ni te beso, ni te sueño.
Sólo estás. Estoy contigo. Yo, a tu lado, Tú conmigo.Estamos uno en otro, tan reales
que con ser poco, ese poco es ya bastante.Estamos en lo que somos, de puro simples, totales.
Estamos donde siempre, callados. No hay motivorazonable para ser tan ferozmente dichosos.
Pero sacan el porrón de vino, las chuletas, la ensalada, el Cacciotta ricamente podrido,
el jugo de naranja, los cafés, la ginebra.Estamos juntos y todo nos sabe por eso a fiesta.
Soy feliz, ¡tan feliz!Si ahora me levantara saldría por el techo.
Estoy, como se dice vulgarmente, contento.Vivo, vivo, y contigo
comprendo que vivir es algo muy sencillo.El corazón ha abierto su mano y yo deliro.
Me dejo estar. Te quiero. Todo es bello.Irradio una certeza fulminante.
Soy el alguien tremendo que en ti se basta a sí mismo.Soy mi absoluta presencia (¿qué pasa?)
que está aquí (¡perdón, nada!).Soy contigo y tú conmigo, el imán de los prodigios.
¿Quién creería si nos viera que cada día, obtusa,la desgracia del mundo de fuera nos arrastra?
¡Amor besa mi muerte! ¡Dolor, sé voluptuoso!¡Oh tú, Necesidad, pon la burla en mis ojos
y en pecho ese ritmo de la paz y la guerraque son a una el latido fatal de la belleza!
¡Ahora, mi ahora mismo,sé límpido y valiente, la alegría ganada
a los monstruos informes, y a lo triste sin alma!¡Oh tú, mi yo más bello, mi más que yo, mi amada,
manténme con tus ojos suspenso, nunca grave,y sea siempre magia la vida cotidiana!
Ninfa
Se detiene en el borde del abismo y escucha,viniendo desde el fondo, rampante, dulce, densa,
una serpiente alada, una música vaga.
Escapa por la suave pereza de su carneque en el fondo era fango,
era ya tibia, y lenta, y latente, y sin forma;era como el dios de gran barba dormido
junto al río en la siesta,junto a ella en la noche
carnal y sofocada de junio con olores.
Y escucha temblorosa,apaga una tras otra penúltimas preguntas,
y duerme, se hunde, duermeen brazos de un gran dios de pelo duro y rojo,
divino Pan: un dioshecho bestia que huele.
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