La Madre Teresa de Calcuta, nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu /ˈagnɛs gɔnˈʤa bɔˈjadʒju/, (Skopje, Imperio otomano, actual República de Macedonia; 26 de agosto de 1910 - Calcuta, India; 5 de septiembre de 1997) fue una religiosa católica albanesa célebre por su labor humanitaria en la India. Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979 y beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2003.
Nombre | Agnes Gonxha Bojaxhiu |
Apodo | Madre Teresa |
Nacimiento | 26 de agosto de 1910
Skopie, Imperio otomano |
Fallecimiento | 5 de septiembre de 1997 (87 años)
Calcuta, India |
Venerada en | Iglesia católica |
Beatificación | 19 de octubre de 2003 por Juan Pablo II |
Órdenes | Misioneras de la Caridad |
Festividad | 5 de septiembre |
“Yo veo a Cristo en cada persona que toco, porque Él dijo: “Tuve hambre, tuve sed, estuve desnudo, estuve enfermo, estuve sufriendo, no tuve casa y tu me acogiste...”. Es tan simple como eso. Cada vez que yo doy un trozo de pan, yo se lo doy a Él. Por este motivo es por lo que tenemos que buscar a un hambriento y a una persona desnuda, por eso debemos estar totalmente ligados a los pobres.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
La paz comienza con una sonrisa.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.
Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
Empieza transformando todo lo que haces en algo bello para dios.s
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